"La realidad, el espejo"
Si no tienes un espejo en donde mirarte, ¿Cómo sabrás quién eres?
Por eso, todo aquello que ves y todas las personas con las que te relacionas, ya sean buenas o malas, son tu espejo.
Por eso, si quieres descubrir tus aspectos más negativos, no desprecies nunca a tus enemigos ni aquello que rechazas o criticas y censuras.
Recibe con agrado lo desagradable y muéstrate indiferente ante los halagos.
El que censura, critica, juzga o ataca y reprime a los demás, en realidad, está atacándose o criticándose y censurándose a sí mismo.
Todo aquello que ves en los demás, está dentro de tí. Tal como ves o juzgas a los demás, así eres tu.
Observa tu propia realidad y descubrirás que no eres diferente a nada ni a nadie, ni en lo bueno ni en lo malo.
Dice un proverbio Zen: “Las palabras desagradables son buenas, las palabras agradables son malas”, “No todo lo bueno es bueno, ni todo lo malo es malo” “En todo lo bueno siempre hay algo de malo y en todo lo malo, siempre hay algo de bueno; nada es total y perfectamente bueno ni nada es total y perfectamente malo; nada es totalmente blanco ni nada es totalmente oscuro”" A veces, lo malo es bueno y lo bueno, es malo"
He aquí la esencia y el significado del simbolismo del ying y del el yang.
¡No importa tanto lo que uno es, sino, ignorar lo que somos!, así como el no tener valor para actuar en consecuencia, el aparentar, disimular y ocultarse a uno mismo su propia realidad psicológica, engañarse a sí mismo y a los demás detrás de la apariencia física y de la personalidad.
Un Lama, dijo: " Al Nirvana (el cielo), no se entra escondiendo o reprimiendo las emociones y los deseos, sino, siendo conscientes de ellos y comprendiéndolos , sin identificación, sin prejuicios ni sentimientos de culpabilidad"
¡Todos aparentamos ser bellos, atractivos, hermosos y dulces y cautivadores por fuera, de alguna manera hacemos para crear una imagen perfecta e intachable de nosotros mismos, pero no debemos olvidar que son sólo apariencias y que por dentro, estamos rellenos de algo más amargo, desconocido y traidor, llamado ego!
Mientras no conozcamos nuestra realidad interior psicológica y tengamos el valor de reconocerla, así como la maestría para no identificarnos con ella, seremos seres impredecibles, falsos y engañosos, traidores y mezquinos, seres verdaderamente ordinarios, sin trascendencia alguna y sin utilidad alguna más allá, que el servir a los intereses del materialismo.
¡Triste sentido de la vida, si no somos capaces de servir para algo más que para eso!
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Manuel Vázquez.
Templo Budista de Panillo
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